Creo que ser padre y, sobre todo madre, es lo más complicado
que puede existir. Pues más difícil tiene que ser cubrir estos dos roles.
Admiro a gente, tanto en lo profesional, como en lo
personal. Admiro a mis abuelas, por salir adelante pasando lo que pasaron, una
de ellas perdiendo dos hijos. Pero admiro una barbaridad a una señora que se
llama Pilar Oliva Velasco. Pues sí, no soy objetivo porque es mi madre, pero es
lo que hay.
Admiro a una persona que con veintipocos años se queda
viuda, con dos hijos de dos y un año, y tiene los ovarios de sacarlos ´sola´
adelante (pongo sola entre comillas porque nunca ha estado sola).
Admiro a una persona que cambió de ciudad, con la carga de
sus dos hijos, varias veces.
Admiro a una persona que trajo al mundo (y no como matrona)
a otro enano cabezón y por cosas del destino salió con los tres adelante.
Admiro a una persona que es capaz de lidiar al principio con
dos adolescentes un poco cabroncetes, con mano dura, y con mano izquierda.
Admiro a una persona que ahora lidia con otro medio adolescente,
igual de cabrón que los otros dos, pero con más años (ella, no tú cabezón).
Por eso tengo que decir GRACIAS
GRACIAS por aguantar las miles y miles de cagadas que he
cometido y cometeré.
GRACIAS por ser mi amiga.
GRACIAS por aconsejarme y respetar mis decisiones por mucho
que supieras que estaba equivocado.
GRACIAS por ser sensible, por decirme las cosas como son,
por aclararme cualquier duda.
GRACIAS por tus broncas, por tus malas caras, por tus
encabronamientos.
GRACIAS por hacerme valorar lo que realmente es importante.
GRACIAS por estar siempre hay, sobre todo en los momentos en
que mi vida zozobraba y mi cabeza mucho más.
GRACIAS POR SER TÚ.
Simplemente gracias. Y sé que esto lo pensamos tanto un
servidor como tus otros dos hijos, y cualquiera que te conozca. Eres mi heroína,
un ejemplo a seguir. Y ahora que estamos lejos (más de 7 meses ya) tengo que
valorar mucho más todo lo que me has enseñado y el ejemplo que me has dado.