domingo, 23 de noviembre de 2014

Por ti, valiente

Esa noticia. Lo que nadie quiere escuchar. Lo que rezas aunque no creas en Dios para que no te digan. Eso que te deja la moral por los suelos hasta que hay que asimilarlo. Al otro lado de la mesa, ese hombre vestido con una bata blanca. Tú y tu inseparable marido al otro lado. Nervios. Se confirma. Muchas pruebas, la ilusión de que no se confirme. Cogidos de la mano. No hubo suerte. Se confirma. Empieza el Tourmalet. Tú eres la líder. Nosotros tu equipo. Los que nos vamos a dejar todo para llevarte en volanda. Es difícil escribir esto. Pero, aunque no recuerdo habértelo dicho, te quiero mucho. Y eres una VALIENTE. Estamos contigo. Siempre. Hasta el último momento.

Y ahí están, sobre todo, los que más te quieren. Los que jamás te fallarán. Los que harán siempre de tripas corazón para que salgamos adelante. Esta tu marido. A tu lado. Como siempre. Y están tus dos hijos, que tienen la suerte de tener una madre como tú. Y estas sobre todo tú. Con altibajos. Asumiendo lo que ocurre. Con dos ovarios de un tamaño descomunal.

Pues sí. Uno no conoce el ELA hasta que lo tiene al lado. ¿Difícil? Mucho. ¿Jodida? Por supuesto, pero hay que aprovechar cada momento, cada instante, cada sonrisa, cada gesto. Todo. Eres grande. Fuerte. ¿Huir? De eso nada. Sólo hacia delante. Pa tras sólo para coger impulso. Y te ayudaremos a cogerlo.

Creo que hacía mucho tiempo que no tenía tantas ganas de que llegara una fecha. Deseo con locura que llegue fin de año y darte una alegría. Vernos unidos. Ver las campanadas juntos con la enana. 

Con tus hermanas, tus sobrinos. Tu familia. Ahí vamos a estar, no te creas que te vas a librar de nosotros, siempre contigo.

No puedo decirte nada más. Sólo que te quiero y que vamos a seguir en la batalla. Aquí no se rinde nadie.


Un beso gigante.

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